Durante muchos años los colombianos creían que la mejor forma de hacer café era verter café instantaneo en agua hirviendo. Eso fue por culpa de campañas publicitarias extranjeras que durante años convencieron a los colombianos que esa era la única y mejor forma.
Obviamente con el paso de los años y de la liberacion de la informacion, esa tendencia se redujo con el paso de los años y empezaron a descubrir las variantes más naturales y ricas de la infusión de café.
En las zonas cafeteras del país, como Jericó (Antioquia) el turismo se empezó a interesar por los orígenes naturales del café, y así las haciendas de toda la vida, empezaron a acoger (y siguen acogiendo) a miles de visitantes amantes del café. Esa fue otra razón que promovió y motivó a descubir formas más autenticas de preparalo, ya que hasta ahora el campesino se había limitado a la siembra y la cosecha.
Y aunque hay muchísima variedad a la hora de hacer un café, la forma más extensa y recomendada es:
El café se muele al instante. Utilizar el grano directo hace que tanto el sabor, olor y color sean naturales y estén conservados por más tiempo. El café que molido que solemos comprar contiene saborizantes artificiales que simulan la experiencia real de tomar café, y es que una vez molido, el grano pierde muy rápidamente todas sus propiedades y características. Y pensarás que moler el café al instante no está al alcance de todos, pero lo cierto que hoy en día podemos encontrar moledores muy pequeños, baratos y prácticos.
La proporción adecuada de café y agua. Tanto si ponemos muy poco, como si nos accedemos puede frustrar nuestra experiencia cafetera. La proporción adecuada es de 6 a 8 gramos de café por cada 4 oz de agua.
La calidad del agua es crucial. Utilizar agua potable y con buen sabor es indispensable para que el sabor del café quede intacto y se pueda conservar lo más puro posible. Podemos encontrar variedades modernas como agua con canela, panela o jengibre, que le dan al café un toque sutil de sabor.
Cafetera o colador? Lo ideal es colar el café, tradicionalmente se hace con un filtro de tela donde se vierten las cucharadas de café y luego el agua hirviendo directamente en la taza. También se puede utilizar la cafetera francesa que utiliza un proceso muy natural de colar el café con un resultado muy parecido al colador tradicional. Y por supuesto la reina de las cafeteras, la italiana, aunque el material de estas cafeteras, al cabo de un tiempo, puede afectar el sabor final.
El café sin azúcar. Puede resultar muy amargo, pero los expertos baristas, recomiendan no dañar el sabor original con endulzantes, ya que no hay otra forma para disfrutar realmente de los sabores y olores del café.
Esperamos que estos consejos te hayan ayudado a conocer el auténtico proceso de hacer café. Te esperamos en Jericó, Antioquia para que hagas un turismo más auténtico, donde conocerás las haciendas locales que te harán experimentar una sensación cafetera ideal.